La Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) de Quito enfrenta un cambio de timón. El teniente coronel en servicio pasivo, Washington Martínez Suasnavas, asume hoy la dirección general, reemplazando a José David Recalde tras la sorpresiva petición del alcalde Pabel Muñoz. El cambio ha generado expectativas y preguntas sobre el futuro de la entidad.

El alcalde Muñoz ha sido claro en sus instrucciones a Martínez: busca una "administración limpia y sin vicios" y espera un cambio significativo en los temas de tránsito y vial seguridad. Este llamado surge en un contexto de críticas y señalamientos hacia la AMT, especialmente por denuncias de corrupción y problemas en la gestión del tránsito.

Martínez, con un historial en el Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (CACM) de Quito, promete una depuración en la AMT. Su experiencia previa alimenta la esperanza de una gestión enfocada en la modernización y la efectividad. Entre sus planos destaca el diseño y aplicación de un plan de carrera para los agentes, un paso vital para profesionalizar la entidad.

Los desafíos que enfrenta son notorios: desde acusación de corrupción hasta críticas por la falta de presencia efectiva en las calles. Además, la suspensión reciente de un concurso para proporcionar uniformes a la AMT ha añadido más presión. Martínez tendrá que navegar estas aguas turbulentas, buscando restaurar la confianza en la institución y mejorar su funcionamiento.

La comunidad quiteña observa atentamente estos cambios. Con una AMT bajo nueva dirección, surja la pregunta: ¿Logrará Martínez implementar las reformas necesarias y devolver la credibilidad a la agencia? Solo el tiempo lo diré.