Con la llegada del verano, muchos de nosotros cambiamos nuestra rutina diaria, incluyendo nuestros hábitos alimenticios. Comemos fuera más a menudo, optamos por comidas rápidas y descuidamos nuestra alimentación. Pero, ¿cómo podemos mantener una dieta saludable durante estos meses soleados? Según María José Tapia, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), es cuestión de seguir diez sencillos pasos.

Primero, mantenerse hidratados es esencial, y esto no solo significa beber agua, sino también consumir frutas y verduras, preferiblemente en forma de sopas frías o gazpachos. En segundo lugar, seguir la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras y granos enteros, incluso durante las vacaciones, puede ayudarnos a prevenir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

Además, es recomendable consumir frutas y verduras de temporada, que no sólo nos hidratan, sino que también son bajas en calorías. También debemos evitar las bebidas calóricas, como el alcohol y los refrescos azucarados, y moderar nuestro consumo de carne, optando por más raciones de pescado cada semana.

Controlar las porciones y evitar comidas copiosas, aunque sean saludables, también es crucial. Es recomendable elegir recetas sencillas y consumir grasas con moderación, optando por el aceite de oliva en lugar de otras grasas. Los helados, aunque tentadores en verano, deben consumirse ocasionalmente y preferiblemente sustituidos por frutas o postres lácteos.

Por último, incrementar la actividad física nos ayudará a mantenernos en forma y evitar ganar peso durante el verano. Recuerda que, una vez finalizado el verano, debemos mantener estos hábitos saludables para retomar nuestras rutinas con normalidad.