Con cada presentación, la selección argentina se consolida no solo como campeona mundial, sino también como un equipo de calidad y buen juego. Su encuentro con Paraguay, en la vibrante tercera fecha de las Eliminatorias para el Mundial 2026, fue otra clara muestra de su dominio en la cancha.

Desde el arranque, con un gol a los tres minutos cortesía de Nicolás Otamendi, hasta la refinada ejecución de jugadas de pelota detenida, todo en el equipo de Lionel Scaloni lució con una calidad especial. La conexión entre Lautaro Martínez y Julián Álvarez marcó la sinergia del equipo, mientras que las jugadas colectivas mostraron indicios de fútbol bien engrasado y espectacular.

Con un voraz ímpetu ofensivo, Argentina fue un ciclón ante un Paraguay que no pudo más que ser un espectador de lujo del desenvolvimiento del equipo albiceleste, cada avance, cada toque de balón, generaba una tensa expectativa de un nuevo gol, manteniendo a los espectadores al borde de sus asientos.