En un trágico amanecer, la región andina de Huancavelica en Perú vive una catástrofe sin precedentes. Un autobús, que transportaba a más de 50 pasajeros, se precipitó por un barranco de 200 metros en el distrito de Anco.

El saldo, según reportes oficiales, asciende a 25 muertos. Entre las víctimas mortales, se cuentan dos menores. Adicionalmente, la cifra de heridos se eleva a 34 personas, incluidos tres niños venezolanos de entre tres y nueve años. Estas estadísticas, inicialmente menos abrumadoras, se vieron ajustadas debido al estado crítico de algunos heridos.

El trágico incidente tuvo lugar alrededor de las 02H00. La unidad partió de Huanta, Ayacucho, con destino a Huancayo, en Junín. Tras el accidente, las víctimas fueron trasladadas al hospital de Huanta. "Nuestro centro de salud ha colapsado", declaró angustiado Manuel Zevallos, alcalde de Anco.

La presidenta peruana, Dina Boluarte, desde Nueva York, extendió sus condolencias y aseguró el apoyo gubernamental. Esta tragedia saca a la luz un problema persistente: los accidentes en carreteras de Perú son demasiado frecuentes, y urge una solución.