Una tragedia conmocionó al barrio Los Caracoles en Cartagena durante la madrugada del martes 28 de agosto, cuando un refugio improvisado para gatos fue incendiado intencionalmente, resultando en la muerte de tres animales. Este refugio, ubicado bajo el puente de la Transversal 54, había sido creado y mantenido por Esperanza Soto, una dedicada defensora de los derechos de los animales, quien ha trabajado durante más de una década en la protección y cuidado de gatos abandonados en la ciudad.

El refugio albergaba cerca de 100 gatos, convirtiéndose en un hogar temporal para estos animales desamparados. Sin embargo, la madrugada del ataque, la precaria construcción fue blanco de personas desalmadas que, sin identificar hasta el momento, prendieron fuego a las instalaciones. Las llamas se propagaron rápidamente, devorando todo a su paso y causando la muerte de tres gatos que no pudieron escapar del siniestro.

Este acto de crueldad ha generado una ola de indignación y repudio entre los habitantes del barrio Los Caracoles y defensores de los derechos de los animales, quienes exigen que se haga justicia y se implementen medidas para proteger a los animales callejeros en Cartagena. Para muchos, este ataque no solo refleja la violencia hacia los animales, sino también la falta de empatía y humanidad en la sociedad.

Esperanza Soto, profundamente afectada por la pérdida, expresó su dolor y frustración ante lo ocurrido. "Me siento vacía, pero no me voy a rendir. Aquí estamos, en pie de lucha, firmes, siguiendo adelante", declaró. Soto también hizo un llamado a las autoridades y la comunidad para que se unan en la defensa de los animales y eviten que hechos como este se repitan.

El caso ha suscitado el apoyo de varios residentes del barrio, como Julio Romero, quien manifestó su repudio hacia los responsables del incendio. "Estos animales no pueden defenderse. Quien hizo esto es un salvaje, un reflejo de la violencia que caracteriza a nuestro país", afirmó.

Pese a las adversidades y la falta de apoyo oficial, Esperanza Soto ha mantenido su compromiso con los gatos abandonados, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y compasión en una ciudad donde el abandono animal es una realidad constante. Sin embargo, los desafíos para mantener el refugio en condiciones adecuadas han sido una lucha diaria, ahora exacerbada por este atroz ataque.

Las autoridades de Cartagena ya han sido informadas del caso, y se espera que la Fiscalía actúe con celeridad para dar con los responsables de este acto inhumano. La comunidad sigue en alerta, demandando justicia y medidas que garanticen la protección de los animales en situación de abandono.