China enfrenta una fuerte caída en los matrimonios y busca revertir la situación con incentivos económicos.

En Luliang, provincia de Shanxi, las parejas reciben hasta 1.500 yuanes (USD 205) al registrar su matrimonio.

La medida forma parte de un esfuerzo del gobierno para contrarrestar la baja natalidad y el envejecimiento poblacional.

A pesar de estos estímulos, muchos jóvenes chinos siguen rechazando la idea del matrimonio y la crianza de hijos.

En 2024, los matrimonios en China cayeron un 20%, reflejando un cambio en las prioridades de la nueva generación.

El alto costo de vida, la educación y la estabilidad laboral son factores que desmotivan a muchas parejas.

Además del incentivo por casarse, Luliang ofrece pagos por hijos: 2.000 yuanes por el primero y 8.000 por el tercero.

Las oficinas de registro civil han registrado un aumento de matrimonios desde que entró en vigencia esta política.

Sin embargo, expertos advierten que estos beneficios pueden no ser suficientes para cambiar la tendencia a largo plazo.

Algunas parejas incluso retrasaron su boda para aprovechar los pagos ofrecidos por el gobierno.

En otras ciudades de China, se han implementado incentivos similares para estimular la natalidad y el matrimonio.

A pesar de estas estrategias, muchas mujeres prefieren enfocarse en su carrera y rechazan la presión social para casarse.

China enfrenta un grave problema demográfico, con jardines infantiles cerrando por la falta de niños inscritos.

El futuro de esta política aún es incierto, pero el gobierno sigue buscando soluciones ante la crisis matrimonial.