La jornada electoral en México ha culminado con la declaración anticipada de Claudia Sheinbaum como ganadora de la Presidencia, según cuatro encuestas de salida. Al cierre de las urnas, las tendencias mostraban un notable avance para Sheinbaum, representante de Morena, quien parece haber capturado el favor del electorado con una ventaja significativa sobre su más cercana competidora, Xóchitl Gálvez.

Desde el centro de campaña de Morena, el presidente del partido, Mario Delgado, elogió a Sheinbaum por su "sencillez y tenacidad", proclamándola vencedora con una ventaja de dos a uno sobre Gálvez. Este anuncio se produjo incluso antes de que los resultados oficiales comenzaran a fluir, lo que ha suscitado críticas por parte de la oposición.

Líderes de partidos opositores, como Marko Cortés y Alejandro Moreno, han urgido a los medios y a los votantes a no precipitarse en declarar un ganador hasta que se complete el conteo oficial. En un tono de cautela, recalcaron la importancia de respetar los tiempos y procedimientos establecidos por el Instituto Nacional Electoral.

La elección no solo decidía la presidencia, sino también una amplia gama de cargos públicos, lo que aumentó la complejidad del proceso electoral. Según los primeros datos, la participación fue robusta, reflejando el alto interés ciudadano en los futuros rumbos del país.

Este proceso ha estado marcado por llamados al respeto a la ley y a la transparencia, especialmente en momentos donde las emociones políticas están a flor de piel. Mientras se esperan los resultados definitivos, México se sitúa en un limbo de expectativas y análisis preliminares que podrían definir el futuro político y social del país.