Tener un vehículo propio es sinónimo de independencia y comodidad, una alternativa al abarrotado transporte público y sus problemas de seguridad. Sin embargo, poseer un automóvil también implica una serie de responsabilidades, especialmente en lo que respecta al mantenimiento preventivo, clave para evitar gastos elevados en el futuro.

Uno de los componentes más cruciales en el cuidado de un carro es el líquido refrigerante. Esta sustancia es esencial para mantener la temperatura adecuada del motor y prevenir el sobrecalentamiento, protegiendo así las piezas vitales del vehículo.

¿Pero cómo y cuándo deberías cambiar el líquido refrigerante de tu auto? Los expertos recomiendan hacerlo cada dos años o cada 20,000 kilómetros, lo que ocurra primero. Este proceso puede ser realizado por uno mismo con el equipamiento adecuado y siguiendo estos sencillos pasos:

Asegúrate de que el motor esté frío antes de comenzar.

Usa ropa adecuada y no tengas miedo de ensuciarte.

Levanta el capó y retira la tapa del depósito con un trapo para evitar quemaduras.

Vacía el viejo líquido refrigerante hasta alcanzar el nivel adecuado.

Rellena con líquido refrigerante nuevo, cierra la tapa correctamente y baja el capó.

Realizar este mantenimiento no solo te ahorrará dinero en reparaciones, sino que también asegurará que tu carro funcione de manera óptima y segura. No subestimes la importancia de cuidar cada detalle de tu vehículo, ya que esto podría marcar la diferencia entre un viaje seguro o un problema en el camino.