Elon Musk, magnate tecnológico y defensor de la “libertad de expresión”, enfrenta una demanda en el tribunal federal de Austin, Texas, por presunto fraude en sus promesas de donación de un millón de dólares diarios. La acción legal, impulsada por Jacqueline McAferty, residente de Arizona, señala que Musk, junto a la organización America PAC, engañó a los votados al prometer donaciones aleatorias a aquellos que firmaron una petición política.

La promesa de Musk incluía seleccionar al azar a los beneficiarios de estas millonarias donaciones diarias, una medida que buscaba influenciar a quienes compartían su visión conservadora y pro-Trump en la campaña presidencial. Sin embargo, McAferty asegura que los "ganadores" fueron elegidos por el propio comité político, en lugar de un sistema aleatorio como se prometió.

En una rueda de prensa en Pensilvania, el abogado de Musk, Chris Gover, dejó en claro que la selección de los beneficiarios no fue casual, como inicialmente se había dicho. “Sabemos exactamente quiénes serán anunciados como ganadores hoy y mañana”, declaró Gover, contradiciendo las afirmaciones del propio Musk. Esta declaración no hizo más que avivar la controversia, ya que reforzó la percepción de que se utilizó un esquema manipulado para beneficiar a ciertos individuos o grupos afines.

La demanda, registrada en Austin un día después de que un juez en Filadelfia permitiera que Musk continuara con las donaciones, busca al menos 5 millones de dólares en daños y perjuicios para los firmantes afectados. A pesar de que las donaciones terminaron tras las elecciones en las que Donald Trump fue reelecto como presidente, la polémica en torno a la transparencia y ética del proceso aún persiste. La queja de McAferty plantea dudas sobre la integridad de estas donaciones dentro de un sistema democrático, cuestionando si el poder económico de figuras públicas como Musk puede distorsionar las expectativas de los votantes en momentos clave.