En un caso que ha conmocionado a la ciudad de Cuenca y más allá, una clínica privada se encuentra en el centro de una grave controversia. Según denuncias de los padres afectados, su bebé recién nacido fue retenido por el hospital como garantía de una abultada deuda médica, lo que ha desembocado en un trágico desenlace.

El incidente comenzó cuando una madre ingresó a la clínica para un parto por cesárea. Tras la intervención, la salud del neonato se deterioró. Ante los crecientes costos médicos, que escalaron de 1,000 a 8,300 dólares en poco tiempo, los padres decidieron trasladar a su hijo a una institución del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para buscar un tratamiento más asequible. Sin embargo, los administradores de la clínica se opusieron, exigiendo el pago completo antes de permitir que el bebé fuera trasladado.

En un acto que ha sido descrito por muchos como un secuestro, la clínica retuvo al bebé, llegando incluso a sugerir a los padres que solicitaran un crédito para cubrir los gastos. Trágicamente, el bebé falleció mientras estaba retenido. Posteriormente, la clínica también retuvo el cuerpo del bebé, exigiendo que los padres firmaran una letra de cambio por la mitad del valor de la deuda antes de liberarlo.

La situación solo se resolvió con la intervención de la Defensoría Pública, que finalmente logró recuperar el cuerpo del neonato para sus padres desconsolados. Este caso ha levantado serias preguntas sobre las prácticas éticas y legales dentro del sistema de salud privado y ha provocado un clamor público por una revisión de las regulaciones que rigen la atención médica en el país.