Después de 50 largos años, Rusia ha vuelto a la carrera espacial con la misión Luna-25. Esta es la primera vez que el país dirige su mirada hacia la luna desde 1976, un periodo donde la Unión Soviética lideraba la conquista espacial. Pero tras la caída de la URSS, Rusia atravesó tiempos difíciles, entre la falta de financiamiento y escándalos de corrupción.

El cohete Soyuz 2.1b, transportando el módulo Luna-25 de cerca de 800 kilos, despegó majestuosamente desde Vostochny, generando espectáculo con su humo y llamas que contrastaban el cielo. Con planes de alunizar en el inexplorado polo sur lunar, esta misión promete traer consigo investigaciones científicas a largo plazo.

Sin embargo, la misión no está exenta de desafíos, dadas las tensiones diplomáticas actuales y el aislamiento del programa espacial ruso. Pero el país busca fortalecer lazos con China en el ámbito espacial y superar obstáculos, inspirados por los logros de sus ancestros. ¿Podrá Rusia marcar otro hito en la historia espacial?