El cáncer de cuello uterino es una enfermedad que se desarrolla lentamente, afectando a las células en la superficie del cuello uterino. Según la American Cancer Society, el promedio de supervivencia tras el diagnóstico es de cinco años, aunque este dato varía según la etapa y tipo de cáncer.

Existen dos tipos principales de cáncer cervical: el carcinoma de células escamosas, que constituye aproximadamente el 90% de los casos, originándose en la ectocérvix, y el adenocarcinoma, iniciándose en las células glandulares del endocérvix. Es crucial conocer los síntomas de alerta, que incluyen sangrado vaginal anormal, dolor pélvico y flujo vaginal inusual. La detección temprana es vital para un tratamiento exitoso, y se realiza a través de pruebas como el Papanicolaou y la prueba de VPH.

Además de la detección, es importante la prevención. Esto incluye la vacunación contra el VPH y la realización periódica de pruebas de detección. La educación y concienciación son herramientas claves para combatir esta enfermedad.

La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden aumentar significativamente la esperanza de vida y la calidad de vida de los pacientes. Por tanto, es esencial estar atentos a los síntomas y realizar chequeos regulares.