Mónica Páez, tecnóloga médica jubilada de 70 años, fue asesinada a tiros el 16 de marzo de 2025 afuera de su iglesia en Rumipamba, norte de Quito. Dos sicarios en moto atacaron el vehículo y uno de ellos disparó cinco veces por la ventana del copiloto, según videos. Al día siguiente, sus nietos Juan A. y Daniel A. acudieron al funeral y hasta cargaron el féretro. Nadie entendía por qué la mataron en un barrio residencial a pocas cuadras de la Mañosca. Cinco meses después, la Fiscalía cerró la instrucción por asesinato y apuntó a un parricidio. Juan, de 20 años, y Daniel, de 18, quedaron como sospechosos junto a su padre, Bolívar Alfonso A. P. Bolívar era hijo de la víctima y desde 2023 estaba preso en la Cárcel de El Inca por violación. El expediente también vinculó a cuatro personas más, entre ellas dos mujeres y el presunto tirador Jhonier Steven A. M. Las cámaras mostraron que a las 10:20 de ese domingo dos mujeres merodearon el auto de Mónica y dieron avisos por celular. Luego se reunieron con dos hombres en moto y entregaron un bulto negro antes del ataque. Tras el crimen, las mujeres pidieron un taxi por aplicación hacia San Antonio de Pichincha, en la Mitad del Mundo. El chofer declaró que ellas bajaron en un cajero y retiraron dinero de una cuenta a nombre de Juliana P. Juliana dijo que prestó su cuenta a personas ligadas a movimientos de dinero que salen de la Cárcel de El Inca. Una pericia rastreó al menos cinco transferencias hechas por Juan y cinco por Daniel a esa cuenta. Juliana vivía con una de las mujeres y con su pareja, Jhonier, a quien escuchó planificar el ataque por órdenes de un alias. Ese alias era “El Doctor”, como identificaron a Bolívar, que se hacía pasar por médico usando los nombres de su padre otorrinolaringólogo. Bolívar fue procesado por violar a su hijastra en 2017, huyó a Colombia con sus hijos y lo capturaron en Cali en 2023. Fue extraditado a Ecuador, y en octubre de 2024 recibió una pena de 22 años que cumplía en El Inca. Estando preso volvió a hablar con su madre, a quien visitaba, y Juan se mudó con ella ocho meses antes del crimen. La tesis fiscal indica que buscaban dos propiedades y dinero de Mónica, y a Juan le hallaron el acta de defunción y sellos notariales falsos. Daniel se mantenía prófugo mientras el mayor conocía la rutina de su abuela, lo que habría facilitado la planificación. Con la instrucción cerrada, la familia de Mónica espera la audiencia evaluatoria y preparatoria que definirá si van a juicio. En su versión, Bolívar negó todo y dijo que las transferencias ordenadas a sus hijos eran para gastos de economato. La comunidad de Rumipamba quedó marcada por el ataque en plena mañana de domingo. El caso sacudió a Quito por la frialdad del plan y por la cercanía familiar de los sospechosos.