Juan Ushca, yerno de Baltazar Ushca, continúa con la histórica tradición de extraer hielo del Chimborazo. A más de 4.500 metros de altura, enfrenta el frío extremo y un camino desafiante para mantener vivo el legado del último hielero. Su esposa, Carmen, transforma este esfuerzo en deliciosos helados de paila, manteniendo la costumbre familiar en Guano.

Desde la comunidad de Cuatro Esquinas, Juan inicia su jornada a las 06:00, acompañado de su fiel burro Luis. Juntos han recorrido más de 864 veces la ruta empinada del volcán desde 2016. Con poncho rojo y botas de caucho, desafía el clima y el cansancio en un trayecto de 12 kilómetros que puede tomarle hasta cuatro horas.

El clima es un reto constante. "Si llueve arriba ya no se puede trabajar", comenta Juan, resaltando la dureza de su labor. A pesar de las dificultades, su compromiso es firme: llevar el hielo hasta Guano para que su esposa lo convierta en helados de paila, un producto tradicional que sigue encantando a propios y extraños.

El Chimborazo es testigo de esta labor ancestral. La niebla muchas veces cubre el paisaje, pero la misión de Juan sigue clara. Su trabajo no solo mantiene la tradición, también es el sustento de su familia y un símbolo de la resistencia cultural ecuatoriana.