El presidente Daniel Noboa quiere llevar a los ecuatorianos a las urnas otra vez este 14 de diciembre de 2025. Su plan: una consulta popular con siete preguntas que buscan modificar la Constitución y otras leyes. Pero no todo saldrá tan fácil como él quisiera. Dos de las preguntas están poniendo freno a sus planes. Se trata de la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS) y de permitir el juicio político a jueces de la Corte Constitucional (CC). Noboa cree que puede tratarlas como enmiendas simples, pero expertos y sentencias anteriores de la CC dicen lo contrario. Según esas decisiones, ambos temas deben pasar por la Asamblea, con dos debates separados por 90 días, y después volver a la Corte. Ese camino toma muchos meses, por lo que es casi imposible que estén listas para diciembre. Las otras cinco preguntas tienen mejor panorama. Algunas ya están en fases finales de revisión o validadas como enmiendas. Por ejemplo, la pregunta para permitir contratos por horas, otra para reducir el número de asambleístas, y una sobre la reapertura de casinos en hoteles de lujo. Aunque algunas ya fueron rechazadas en la consulta anterior, Noboa insiste. Sin embargo, la jugada política podría costarle tiempo y credibilidad. Las propuestas sobre bases extranjeras y eliminar financiamiento estatal a partidos sí tienen el camino avanzado y podrían estar listas. En cambio, la pregunta sobre sancionar jueces de la CC ni siquiera ha sido evaluada aún. En 2009 ya se había consultado sobre ese artículo y la Corte respondió que no había dudas que aclarar. El panorama para la consulta popular está revuelto. Noboa quiere moverse rápido, pero la Constitución y la Corte tienen sus reglas. Todo apunta a que el mandatario deberá dejar fuera al menos dos preguntas o aplazar su nueva consulta.