El eurodiputado francés Raphael Glucksmann encendió la polémica al exigir simbólicamente que Estados Unidos devuelva la Estatua de la Libertad, argumentando que el país norteamericano ha traicionado los valores que este monumento representa. El socialdemócrata criticó duramente el acercamiento de Donald Trump con Vladimir Putin y sus cuestionamientos hacia el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

“Vamos a decirles a los estadounidenses que han optado por inclinarse por los tiranos, a los que despiden a investigadores por dar muestras de libertad científica: ‘Devuélvannos la Estatua de la Libertad. Se la regalamos, pero al parecer la desprecian’”, declaró Glucksmann.

El monumento, un regalo de Francia a EE.UU. hace casi 140 años como símbolo de libertad y democracia, fue inaugurado en Nueva York en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia. Representa a Libertas, la diosa romana de la libertad, con una antorcha en la mano derecha y una tablilla con la fecha de la independencia estadounidense en la izquierda.

Glucksmann enfatizó que aunque “nadie va a robar la Estatua de la Libertad”, lo que simboliza pertenece a todo el mundo. Según él, si el gobierno estadounidense ha dejado de valorar esos ideales, Europa debe asumir ese liderazgo moral.

La respuesta desde la Casa Blanca no se hizo esperar. Karoline Leavitt, portavoz de la administración estadounidense, respondió con dureza, recordándole a Glucksmann que “si no fuera por Estados Unidos, Francia estaría hablando alemán” debido a su intervención en la Segunda Guerra Mundial. Además, calificó al político francés como “anónimo y de bajo nivel”.

Este cruce de declaraciones ha generado un fuerte debate sobre los valores democráticos y el rol de EE.UU. en el mundo, mientras las redes sociales arden con opiniones divididas.