El sueño es fundamental para que el cerebro funcione correctamente. Sin el descanso adecuado, nuestro sistema nervioso se ve gravemente afectado, y con él, las funciones de nuestras neuronas. Según un reciente estudio publicado en la revista Neurology, la falta de sueño no solo disminuye la productividad y el rendimiento diario, sino que además acelera el envejecimiento cerebral.

Las personas que no duermen bien o tienen problemas para descansar de manera continua, experimentan un deterioro más rápido en su cerebro. El estudio demuestra que la mala calidad del sueño está vinculada a un envejecimiento prematuro de las células cerebrales, llegando a sumar hasta tres años a la edad biológica de este órgano vital.

Este envejecimiento afecta el sistema nervioso, ya que las neuronas, encargadas de transmitir información a través de los nervios, comienzan a disminuir su velocidad de respuesta. Esto provoca que, con el tiempo, se produzca una descomposición de los nervios, lo que afecta los reflejos, la sensibilidad y otros sentidos. En casos extremos, esto puede aumentar el riesgo de sufrir caídas o accidentes por la pérdida de reflejos.

A medida que el cerebro envejece, este se encoge y comienza a perder capacidades clave, como la memoria, la concentración y la coordinación. Esto no solo impacta la vida diaria, sino que puede llevar a una mayor predisposición a desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.