Gustavo Alfaro, el entrenador argentino que dejó su huella dirigiendo a la Selección de Ecuador y llevándola a su cuarto mundial, ha pasado de ser la celebridad de la cancha a un reto financiero para la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

Alfaro, al tomar las riendas de la Tri, enfrentó adversidades y desafíos. Con la sombra de Jordy Cruyff y conflictos internos en la FEF, muchos pensaban que el camino sería cuesta arriba. Sin embargo, Alfaro, con su experiencia y destreza, demostró que estaba a la altura, logrando un rendimiento del 48% en 35 partidos.

Sin embargo, la victoria no duró mucho. Tras una prematura salida en el Mundial de Qatar 2022, se abrió una brecha económica entre Alfaro y la FEF. A pesar de su disposición a continuar, la discordancia financiera se convirtió en un obstáculo insuperable. Ahora, la FEF enfrenta la presión de pagarle a Alfaro 1,8 millones de dólares en 45 días, bajo la atenta mirada de la FIFA.

Se rumora que los fondos del partido contra Uruguay podrían ser la solución. Mientras tanto, el reloj sigue corriendo, y la FEF debe actuar rápidamente para evitar más sanciones y mantener el prestigio deportivo y económico del país.