Dos meses es el plazo proyectado para la suscripción de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la intención de obtener recursos por un valor significativo de $3 mil millones a través de un crédito de servicio ampliado. Estos créditos, que usualmente se liquidan en un lapso de 4 a 10 años, constituyen una estrategia de alivio financiero para Ecuador en medio de compromisos de pago inminentes.

El presidente Daniel Noboa ha aludido a una táctica de 'rollover', un proceso de adquirir deuda para refinanciar obligaciones con el mismo acreedor pero extendiendo los plazos de pago. Este enfoque cobra relevancia dado que Ecuador enfrenta vencimientos con el FMI de $541 millones en 2024 y $1,145 millones en 2025.

La complejidad de alcanzar un nuevo acuerdo se ve atenuada por avances previos, particularmente la reciente Reforma Tributaria, efectiva a partir del 12 de marzo, que ha cumplido con gran parte de los requisitos vinculados a la concesión de créditos. Según Alejandro Arreaza de Barclays Capital, esta reforma, junto con el aumento del IVA al 15%, contribuye sustancialmente al PIB y genera recursos adicionales.

Sin embargo, quedan pendientes temas cruciales. El FMI probablemente insistirá en abordar el subsidio a los combustibles, aunque esto podría implementarse a lo largo del programa de los próximos dos o tres años. No se descarta la posibilidad de una nueva reforma tributaria que establezca permanentemente el IVA en un 15%, lo cual implicaría condiciones adicionales de carácter estructural.

La relación favorable entre Ecuador y Estados Unidos impulsa la consecución de un acuerdo en términos beneficiosos, abriendo la puerta a otros multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, así como a la posibilidad de obtener financiamiento para inversión pública.