Helms Ategeka, un joven de 18 años, soñaba con convertirse en un cantante famoso, pero su padre, Chris Ategeka, no estaba de acuerdo con sus aspiraciones artísticas. Chris esperaba que su hijo eligiera una carrera con estabilidad financiera, típica mentalidad de inmigrante africano. Sin embargo, Helms decidió postularse a más de 150 universidades para buscar una oportunidad que le permitiera seguir su pasión por la música.

La perseverancia de Helms dio frutos sorprendentes. Poco tiempo después de enviar sus solicitudes, comenzó a recibir cartas de aceptación. Para su sorpresa, acumuló un total de 122 cartas de aceptación de diversas universidades, junto con ofertas de ayuda económica y becas que sumaban aproximadamente 5,3 millones de dólares.

Chris, quien es originario de Uganda, inicialmente veía la búsqueda académica de su hijo con escepticismo. Para él, una carrera lucrativa era la mejor opción. Sin embargo, a medida que las universidades aceptaban a Helms, empezó a darse cuenta de la verdadera vocación de su hijo. “Le dije: '¿Quieres ser músico? Hay que trabajar mucho'. Y su reacción fue: ‘usaré mi determinación para hacer esto, para demostrarte lo duro que puedo trabajar’", contó Chris Ategeka a CNN.

Finalmente, Chris aceptó el sueño de su hijo y decidió apoyarlo. Ahora, Helms estudiará música en la prestigiosa Universidad de California, Berkeley. Esta historia plantea una reflexión importante sobre la elección de carreras: ¿Debemos seguir nuestras pasiones o optar por carreras socialmente consideradas como exitosas? Helms Ategeka ha demostrado que con determinación y apoyo, es posible alcanzar los sueños más grandes, incluso si estos no se alinean con las expectativas tradicionales.