La policía en Dusseldorf, Alemania, ha desmantelado una sofisticada red de tráfico de drogas que operaba desde una inocente pizzería. Todo comenzó con un simple pedido del menú: la pizza número 40, que en realidad escondía algo más que ingredientes tradicionales.

En marzo, un inspector de sanidad dio la primera pista a las autoridades, sospechando que algo raro sucedió en el restaurante. A raíz de esta información, la brigada antidroga comenzó a vigilar cerca del local. No pasó mucho tiempo antes de descubrir que el número 40 del menú venía acompañado de una porción de coc*ína, lo que explicaba su gran popularidad.

El gerente del restaurante, un hombre de 36 años, fue arrestado cuando intentaba deshacerse de una bolsa de dr*ga arrojándola por la ventana de su apartamento. Para su mala suerte, la bolsa cayó directamente en los brazos de los policías, quienes estaban esperando fuera. Aunque fue liberado a los pocos días, el gerente no tardó en reabrir su pizzería y continuar con la operación.

La venta de la pizza número 40 permitió a los investigadores analizar la cadena de suministro más detalladamente. Después de semanas de trabajo encubierto, las autoridades lanzaron un operativo masivo que involucró a más de 150 agentes. El resultado fue la desarticulación de una red de dr*gas que había utilizado la pizzería como tapadera.

En el operativo se arrestaron tres personas, incluido el cerebro detrás de la operación, y se realizaron registros en las viviendas y negocios de otros doce sospechosos. El gerente de la pizzería fue detenido nuevamente cuando intentaba huir del país. Esta vez, permanece bajo arresto, mientras las investigaciones continúan para descubrir la magnitud del negocio.

Aún no se ha revelado el precio exacto que se cobraba por la pizza con "acompañamiento especial", pero la policía confirma que era una de las más vendidas.