En medio de un panorama político complejo, las elecciones anticipadas se presentaban como una oportunidad para fortalecer la democracia y buscar soluciones a los desafíos que enfrenta el país. A medida que nos preparamos para acudir nuevamente a las urnas, es crucial analizar los motivos de la oportunidad que este proceso significaba para el país.

Las elecciones anticipadas podían significar una renovación política al brindar la oportunidad de elegir nuevos líderes y representantes en un contexto en el que la confianza en la clase política tradicional está debilitada. Podía significar una vía para resolver situaciones de crisis institucional y superar bloqueos políticos que dificultan la gobernabilidad. 

No obstante, es importante reconocer los desafíos y tomar precauciones en el proceso de elecciones anticipadas. Es necesario garantizar la transparencia y la imparcialidad en todo el proceso electoral, desde la organización de los comicios hasta el conteo de votos.

En definitiva, estas elecciones debían ser una oportunidad para fortalecer la democracia, superar la crisis institucional, la participación ciudadana y la construcción de consensos. Sin embargo, es importante que este proceso electoral se lleve a cabo de manera transparente y que los candidatos demuestren responsabilidad y seriedad en sus propuestas. Es deber de cada ecuatoriano ser responsables de vigilar este proceso y votar por las opciones que le convienen al país y que no reine el populismo o la demagogia que nos tienen en esta situación. Por Daniel Jerez