El lunes 15 de septiembre de 2025, el Ejecutivo trasladó su sede a Latacunga para frenar anuncios de protestas por la eliminación del subsidio al diésel. Negocios, escuelas y oficinas abrieron como cualquier día en la capital de Cotopaxi. La excepción fue la manzana de la Gobernación, en pleno centro, donde el operativo llamó la atención. Militares y policías cercaron el perímetro y cerraron la calle Quito para custodiar la nueva base temporal. A las 09:00, la portavoz Carolina Jaramillo ofreció la única rueda de prensa del día. La vocera reiteró las medidas y compensaciones anunciadas para amortiguar el golpe por el diésel. Con el paso de las horas aumentó el movimiento de vehículos oficiales y camionetas blindadas. Ministros de Transporte, Producción, Gobierno, Comunicación, Administración Pública e Inteligencia fueron llegando al edificio. El presidente Daniel Noboa arribó a las 10:23 con chaqueta militar. Su llegada atrajo a decenas de vecinos, en especial adultos mayores y estudiantes, que se quedaron frente al parque. Entre aplausos y gritos espontáneos, varios le pedían que saliera al balcón a saludar. Algunos defendieron al Mandatario de quienes lanzaron frases en contra del Ejecutivo. En la calle se dieron cruces verbales contados, al estilo de barras colegiales, más festivos que tensos. Con la tarde encima, la curiosidad decayó y los funcionarios que miraban desde veredas sonreían de la escena. La Presidencia evitó confirmar la agenda y convirtió los detalles en un secreto de Estado. La supuesta reunión con un sector del transporte no fue transparentada y un dirigente prefirió marcharse sin declaraciones. La ministra de Gobierno, Zaida Rovira, dejó el lugar con apuro y dijo que tenía otra cita. Quedaron preguntas abiertas: qué hizo el Ejecutivo, cuántos funcionarios se mudaron, cuánto costará el traslado y hasta cuándo durará. El mensaje oficial fue que la decisión buscó cercanía, autoridad, gobernabilidad y diálogo para enfrentar una eventual movilización. En la provincia, el MICC llamó a la resistencia y pidió a Ecuarunari y Conaie una gran asamblea, mientras la dirigencia local definirá sus pasos al final de la semana al considerar provocador el traslado y que encarecerá la vida.