El reciente experimento de Neuralink, la empresa de Elon Musk, ha desatado una tormenta de reacciones. En un video publicado en YouTube, presentaron a un mono llamado Pager, jugando al videojuego 'Pong' utilizando únicamente su mente. Este logro científico, no obstante, ha encendido el debate sobre el uso de animales para fines de investigación.

La prueba fue posible gracias a un chip implantado en el cerebro del primate, que le permitía controlar el videojuego con movimientos de su cabeza. Aunque impresionante, la novedad ha suscitado críticas de organizaciones protectoras de animales, que argumentan que los procedimientos quirúrgicos realizados son riesgosos.

Según Musk, el objetivo del experimento es investigar la posibilidad de lograr una "simbiosis humana/inteligencia artificial" a largo plazo. No obstante, más allá de las potenciales aplicaciones futuras, como manejar un Tesla con el pensamiento o ayudar a personas con daños en la médula espinal a caminar de nuevo, el debate ético persiste.

A pesar de las críticas, Musk insiste en que el mono "no está incómodo" y que el experimento es crucial para la investigación de su empresa. La duda persiste: ¿es este un gran paso adelante para la ciencia, o simplemente crueldad disfrazada de progreso?