Ecuador vive una de sus peores crisis petroleras con la producción en picada y Petroecuador sin rumbo. En febrero de 2025 se produjeron solo 466 mil barriles diarios, y la estatal cayó 10 % en un año. La inestabilidad en la gerencia, con cambios cada tres meses, afecta la operación. A esto se suma el cierre del bloque ITT, lo que agrava la situación. Daniel Noboa y Luisa González, finalistas presidenciales, tienen propuestas muy distintas para este sector. Noboa menciona modernizar refinerías y oleoductos, pero sin detalles claros. En su mandato, intentó entregar el campo Sacha a un consorcio chino-canadiense, generando gran rechazo. El contrato proponía que los privados se llevaran hasta el 81 % del crudo, pero se cayó por falta de anticipo. Luego se anunció que sí se abriría un nuevo proceso para buscar inversión privada en ese campo. Noboa también habló de construir una nueva refinería en Santa Elena. Luisa González promete no ampliar la frontera petrolera y desempolvar el proyecto de la Refinería del Pacífico. Esa obra solo dejó tierra aplanada y USD 1.500 millones en gasto. Criticó el intento de Noboa con Sacha, pero no explicó qué haría si gana. Su plan apuesta a la petroquímica y una economía post petrolera. Expertos advierten que hay que levantar la producción, mejorar las refinerías existentes y evitar delegar campos clave. Sacha, por ejemplo, genera USD 1.700 millones al año y cubre gran parte del crudo que usan las refinerías. También urge licitar nuevas áreas, reactivar pozos cerrados y aplicar reformas contractuales profundas. El tren de alta conversión para Esmeraldas es una opción más viable que una nueva refinería. Pero mientras tanto, los candidatos dicen poco, y el sector sigue hundiéndose.