Ipiales, Colombia, fue la sede de la Primera Convención Binacional 25N por el Derecho de las Mujeres a Vivir Libres de Violencia. La cita se realizó en el Auditorio del Banco de la República del municipio. Voces de Ecuador y Colombia compartieron experiencias y marcaron un camino de trabajo conjunto. La inauguración estuvo a cargo del alcalde José Amilcar Pantoja. Participaron ponentes nacionales e internacionales con compromiso en la defensa de derechos. En representación del Parlamento Andino intervino Cristopher Delgado y destacó que esta tarea compete a todas las instituciones. Desde Ecuador acudieron las vicepresfectas de Tungurahua, Carchi e Imbabura. La vicepresfecta de Tungurahua, Vanessa Lozada, presentó el proyecto Ruta de Atención Integral a Mujeres en Situación de Violencia. Este programa fue ejecutado por el Gobierno Provincial de Tungurahua desde 2023 junto a mujeres autoridades cantonales y parroquiales. Lozada remarcó que la prevención debe guiar las políticas públicas para evitar hechos que cuesten vidas. La vicepresfecta de Carchi, Verónica García, explicó que las mujeres políticas enfrentaron realidades distintas en los territorios. Señaló que en los binomios el ejercicio pleno de funciones resultó más complejo por resistencias para compartir el poder. La vicepresfecta de Imbabura, Paulina Vercoutere, recordó que la violencia política está reconocida en Ecuador. Advirtió que las denuncias no siempre obtuvieron justicia ante los organismos competentes. También subrayó la urgencia de orientar los presupuestos públicos a acciones con impacto real en la vida de las mujeres. La exvicepresidenta de Ecuador Verónica Abad asistió y habló de valores como el amor y el cariño en momentos de crisis. La delegación de Tungurahua incluyó a Jiména Játiva, vicealcaldesa de Quero, e Irlanda Benavides, exvicealcaldesa de ese cantón. Se sumaron Aracely Ortiz, vicealdesa de Mocha, y Tatiana Castillo, exvicealcaldesa de Mocha. También participaron Pablo Velasco, alcalde de Quero, y Mariano Freire, concejal de Mocha. Desde Tungurahua se renovó el compromiso de articular acciones con instituciones y organizaciones para construir territorios libres de violencia y fortalecer prevención, atención integral y empoderamiento.