Narcotráfico se vuelve "de familia" con padrinos europeos en Ecuador


La violencia crece porque las bandas locales compiten por servirles mejor.
Mafias de los Balcanes están muy cómodas en Ecuador y no solo hacen negocios con narcos locales, ¡hasta se vuelven compadres! Según un informe internacional, estos criminales europeos ya son padrinos de bautizo de los hijos de jefes de bandas como Los Lobos y Los Choneros. La estrategia va más allá del afecto: así crean lazos de lealtad con sus socios ecuatorianos. Estos grupos criminales pagan en efectivo, a tiempo, y sin fallar, lo que los vuelve los favoritos. La demanda de cocaína en Europa es tan fuerte que los narcos compiten con sangre para ganarse su confianza. Dritan Rexhepi, el albanés que se ha fugado varias veces de la cárcel, es una figura clave en esta red. Las mafias de países como Albania, Serbia y Montenegro ya mueven millones en el sistema financiero ecuatoriano. Se calcula que lavan más de USD 3.500 millones al año. Ellos no buscan controlar el territorio, solo necesitan socios que hagan el trabajo sucio. Usan contenedores para llevar coca a Europa mientras los mexicanos prefieren lanchas rápidas al norte. La competencia entre pandillas locales se volvió mortal por culpa de estos tratos. Según el informe, los grupos balcánicos no usan violencia directa, pero sí subcontratan a bandas locales para todo: mover droga, esconderla y protegerla. Estas alianzas convierten al país en un campo de batalla entre criminales que quieren complacer a sus padrinos europeos. La presencia de estas mafias se filtró incluso a la política ecuatoriana, aprovechando la debilidad institucional. Algunos miembros de estas redes hasta han logrado beneficios judiciales y fugas. Siete personas de origen balcánico han sido asesinadas en Ecuador desde 2017, la mayoría en Guayaquil. Se cree que se trataría de venganzas internas entre mafiosos extranjeros. El informe advierte que con pasaportes falsos y varias identidades, es casi imposible rastrearlos. La infiltración continúa y, mientras tanto, el país vive sumido en una ola de violencia que no da tregua.