Un grupo de cinco observadores electorales venezolanos se refugia en Cúcuta, Colombia, tras recibir amenazas de muerte por su rol en las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que la oposición asegura haber derrotado al actual presidente, Nicolás Maduro.

Los observadores, entre ellos un panadero, un chef y un ingeniero, formaban parte del equipo que recolectó y validó actas en miles de centros de votación de todo el país. Aunque el candidato opositor Edmundo González obtuvo el 67 % de los votos en los centros contabilizados, Maduro fue proclamado vencedor en medio de acusaciones de fraude.

En los días posteriores a las elecciones, las amenazas comenzaron a llegar. Los partidarios de Maduro, organizados en colectivos paramilitares, iniciaron una campaña de intimidación que obligó a estos observadores a huir de Venezuela. "Nos dijeron que nos acusarían de terrorismo", relató Anthony, uno de los voluntarios que ahora busca asilo en Colombia.

El clima de violencia política ha empeorado en Venezuela desde las elecciones, con detenciones masivas y asesinatos de opositores. Según la organización Foro Penal, más de 1,600 personas han sido arrestadas tras las elecciones, y al menos 23 han perdido la vida en protestas.

A pesar de estar en territorio colombiano, los exiliados temen por su seguridad debido a la cercanía con la frontera. "No es seguro, están a un paso de alcanzarnos", declaró otro observador que ha solicitado asilo político.