El desabastecimiento de medicamentos en los principales hospitales públicos de Quito ha dejado de ser una cifra y ya golpea a las familias de los pacientes. Un recorrido de PRIMICIAS mostró a médicos que envían “papelitos” a los allegados para comprar medicinas afuera, con gastos inesperados. En el Carlos Andrade Marín del IESS y en el Eugenio Espejo del MSP llegan pacientes de varias provincias por la complejidad de los casos. Desde hace meses estas casas de salud registran niveles críticos de fármacos e insumos. Ambas declararon emergencia y, tras más de un mes, los contratos para adquirir medicinas siguen siendo mínimos. La situación persiste. El análisis de PRIMICIAS reflejó que los hospitales más grandes de Quito operan con stocks por debajo del 60%.

En el Carlos Andrade Marín hay 85 medicamentos agotados. Entre ellos figuran insulina de acción rápida, prednisolona y ceftriaxona. En el Eugenio Espejo faltan 64 medicamentos. La lista incluye anticoagulantes como warfarina y rivaroxabán, antibióticos, fármacos para hipertensión y protectores gástricos. Familiares contaron que la crisis golpea el bolsillo de forma directa. Una mujer que acompaña a su yerno con un tumor cerebral dijo haber gastado cerca de USD 500 en medicinas y materiales quirúrgicos.

Otra familia relató que debió comprar fármacos básicos para una paciente jubilada durante 10 días de hospitalización. Un tercer caso registró un gasto de USD 2.000 en medicación y vacunas para un bebé prematuro y para su madre hospitalizada. “La situación es desigual: a algunas pacientes les dan los medicamentos y a otras no”, contó una familiar. “Nos dicen que aquí no hay medicinas y que hay que conseguir afuera”, añadió. “Ya ni pasamos por la farmacia del hospital porque sabemos la respuesta: que no hay”, cerró. Médicos y enfermeras siguen atendiendo con lo disponible mientras las recetas quedan sin despachar. Cada receta sin entrega genera más gasto para las familias y recuerda que la crisis hospitalaria hoy se siente en la espera y en el esfuerzo de curarse sin medicinas.