En las Islas Galápagos, un paraíso natural al borde del Ecuador, las iguanas marinas están en grave peligro. Estos animales endémicos, un tesoro para la biodiversidad mundial, están siendo amenazados por perros y gatos, especies invasoras que atacan y compiten con las iguanas por recursos.

Hace semanas, la triste imagen de un joven sosteniendo una pequeña iguana muerta, víctima de los depredadores domésticos, conmocionó a las redes sociales, desatando una ola de indignación y la creación de una campaña para preservar a estas especies.

Napoleón Frazier, activista y dueño del Pink Iguana Bar en Puerto Villamil, ha dado voz a esta crisis. Todos los días, cuenta, se encuentra con iguanas atacadas, en especial durante la temporada de eclosión de los huevos. Los reptiles recién nacidos, desorientados, suelen convertirse en presas fáciles para gatos y perros.

Las campañas de esterilización, aunque necesarias, no parecen ser suficientes. Frazier sostiene que la solución radica en la adopción y el traslado de perros y gatos fuera de las islas. La Alcaldía de Isabela comparte esta visión y está gestionando un proceso de adopción que se extienda más allá de la isla, llegando a todo el país.

"Mientras un perrito se va al continente, tenemos una iguana o una especie endémica más a salvo", señala Diana Gil, alcaldesa subrogante de Isabela. Frazier también está trabajando con su fundación para facilitar el proceso de adopción a nivel global. El llamado es claro: Si amas a los animales, adopta y ayuda a salvar las iguanas marinas de Galápagos.