La capa de ozono, considerada el "protector solar planetario", muestra avances positivos en su recuperación, según informó recientemente la NASA. Este año, el agujero anual que se abre en la capa fue uno de los más pequeños desde 1992, ocupando el séptimo lugar como el más reducido desde el inicio de su recuperación. Este hecho da esperanza a la comunidad científica y refuerza la importancia de los acuerdos internacionales para la conservación del medio ambiente.

En su comunicado, la NASA indicó que durante el pico de agotamiento de la capa, del 7 de septiembre al 13 de octubre, la superficie del agujero mostró una considerable disminución. Este progreso se atribuye a la disminución de productos químicos nocivos como los clorofluorocarbonos (CFC), junto con una inesperada infusión de ozono transportada por corrientes de aire desde el norte de la Antártida.

El Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1992, ha sido clave para este avance. Este acuerdo internacional busca eliminar gradualmente los productos químicos que dañan el ozono. "Los esfuerzos internacionales para frenar los productos químicos que destruyen la capa de ozono están funcionando", afirmó Paul Newman, líder del equipo de investigación de la capa de ozono de la NASA.

Además, la mejora de la capa de ozono tiene beneficios directos en la salud humana. Al actuar como un escudo contra la radiación ultravioleta (UV), su recuperación reduce los riesgos de cáncer de piel y cataratas. Según la NASA, si esta tendencia continúa, la capa de ozono podría recuperarse por completo para 2066.

Estos avances demuestran la importancia de los esfuerzos globales en la protección del medio ambiente. Sin embargo, el desafío continúa. ¿Será posible alcanzar esta meta en las próximas décadas?