El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, reaccionó a la ruptura entre Marcela Aguiñaga y la Revolución Ciudadana. En su enlace radial de este miércoles 10 de diciembre dijo que él no habría aceptado una entrevista con Lourdes Tibán. Recordó que ese encuentro encendió el enojo de Rafael Correa y derivó en la salida de la prefecta del Guayas de la RC. Álvarez sostuvo que la crisis respondió a un “vaso que se fue llenando con el paso del tiempo”. Aclaró que no está afiliado al movimiento. Aun así repitió que “siempre” estaría dispuesto a ser “un aliado en primera línea” de esa organización. El alcalde remarcó que su vínculo es directamente con Correa, a quien llamó su amigo. También dijo que se “inmoló” por Luisa González durante las dos campañas presidenciales que ella lideró. “Yo fui el primero en la línea de lucha cuando Luisa fue candidata”, enfatizó. Con esa frase defendió que su lealtad no depende de trámites internos. Sobre Aguiñaga, señaló que la prioridad de la prefecta era la gestión provincial y la búsqueda de consensos. Indicó que la dirigencia correísta consideró esa postura como “tibia”. Álvarez admitió que él mismo ha recibido críticas por no acudir a actividades partidistas. En otro tramo lanzó dardos a las cámaras y a la academia de Guayaquil. A sus representantes los calificó de “tibios” frente a la defensa de la ciudad. Contó que intentó levantar un frente cívico para “defender la autonomía” local. Explicó que no obtuvo apoyo de los gremios productivos ni de las universidades. “¿Para qué existen las cámaras, solo para hacer negocios?”, cuestionó. Aseguró que el Municipio los ha respaldado en varias gestiones. Cerró diciendo que, cuando se trató de alzar la voz por Guayaquil y su autonomía, “están calladitos”.