EL FMI recomendó al Estado que acelere el proceso de absorción y fusión de las entidades más pequeñas, con menos liquidez y mayor riesgo de quiebra por parte de instituciones más grandes.

El diagnóstico del sector financiero ecuatoriano para el último trimestre de 2024 revela importantes retos. En primer lugar, la recesión económica ha llevado a los ecuatorianos a reducir el consumo y la inversión, lo que ha impulsado el ahorro en las instituciones bancarias y, como resultado, se ha observado un incremento progresivo de la liquidez en el sistema.

Debido a esto los depósitos a la vista experimentaron un crecimiento interanual del 9,2% entre 2023 y 2024, reflejando una mayor disponibilidad de capital en el sistema financiero. Este aumento en la liquidez ha contribuido a una reducción de las tasas de interés referenciales. En agosto de 2024, la tasa de interés pasiva bajó del 8,45% al 7,85%, mientras que la tasa de interés activa disminuyó de 11,53% a 11,25%. Paralelamente, el crédito en el sistema financiero experimentó una contracción interanual del 5,9% para agosto de 2024.

Este contexto de exceso de liquidez y contracción del crédito plantea un desafío para el sistema financiero ecuatoriano, sobre todo para las instituciones más pequeñas. Esto debido a que estas instituciones deben enfocarse en canalizar más capital hacia inversiones productivas para generar ingresos operativos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su último informe sobre el sistema financiero ecuatoriano, destacó que, en términos generales, el sistema es sólido, con instituciones estables y un amplio respaldo. Sin embargo, se identificaron riesgos en las cooperativas, especialmente en las más pequeñas, lo que llevó al FMI a recomendar que el Estado acelere el proceso de absorción y fusión de estas entidades más pequeñas, con menos liquidez y mayor riesgo de quiebra por parte de instituciones más grandes del sistema cooperativista.