Nicolás Maduro lleva una década en el poder en Venezuela, marcada por el colapso económico, la corrupción y la represión. Ahora, el país se encuentra en un momento crucial: las elecciones presidenciales de 2024. Estas elecciones podrían ser el punto de quiebre si la oposición se mantiene unida y los ciudadanos se inspiran para votar. Dos eventos recientes dan esperanza: la victoria de María Corina Machado en las primarias de la oposición y la no interferencia del régimen en dichas elecciones, parte de un acuerdo con Estados Unidos.

El éxito de las primarias sorprendió a Maduro, quien intensifica la presión sobre los organizadores de las elecciones y líderes de la oposición. Sin embargo, existe un optimismo realista, respaldado por la creciente insatisfacción en las bases chavistas, que ven deteriorarse su calidad de vida mientras sus líderes disfrutan de lujos.

Para lograr el cambio, tres elementos son cruciales: la unidad de la oposición, la presión internacional y un mensaje de esperanza que supere la polarización. Maduro busca desmotivar a los votantes, pero la oposición debe alentar la participación.

Las elecciones de 2024 no serán perfectas, pero la oposición tiene la oportunidad de vencer si se mantiene firme y los venezolanos votan masivamente. La victoria es la mejor protección contra las trampas del régimen.

La comunidad internacional debe apoyar las negociaciones y acelerar la ayuda humanitaria. Además, la oposición debe ofrecer un nuevo relato que inspire a los jóvenes, mejore los servicios públicos y promueva una economía diversificada.

Esta es la oportunidad de Venezuela para un cambio real y la oposición está dispuesta a aprovecharla.