Petroecuador encendió las alarmas tras detectar que al menos 70 empleados cobraban sueldos fuera de control. Un auxiliar de servicios administrativos, por ejemplo, ganaba $1.780, cuando debía recibir $531. Otro asistente contable cobraba más de $3.300, superando en un 152% lo permitido. Así, la estatal decidió despedir a todos los implicados, eliminando esos cargos y previendo un ahorro de $1,71 millones al año. Según la empresa, estos funcionarios recibían "salarios dorados" que incluso superaban a los de gerentes. Petroecuador asegura que las funciones de los despedidos serán cubiertas por personal con el perfil correcto. La medida busca corregir distorsiones salariales que se arrastraban desde hace años. Estos despidos se dan mientras el Gobierno de Daniel Noboa trabaja con el FMI en una auditoría externa. En su informe anual, el gerente Leonard Bruns reveló que en 2024 Petroecuador exportó 113,4 millones de barriles de crudo, obteniendo más de $7.700 millones. La meta era 115 millones, pero no se alcanzó. La compañía sostiene que la salida de estos trabajadores no pone en riesgo ninguna operación clave. Los casos de sueldos inflados salieron a la luz en medio de un plan de transparencia. El objetivo es depurar y ordenar las finanzas de la mayor empresa estatal del país. Petroecuador insiste en que la equidad y el uso responsable de los fondos públicos son ahora prioridad. La diferencia entre el sueldo real y el establecido en la tabla oficial llegaba hasta el 235% en algunos casos. Las autoridades han dicho que no se tolerarán más estos abusos. Esta es una de las medidas que buscan recuperar la confianza ciudadana en las instituciones públicas.