Los cuerpos de dos reos fueron encontrados la tarde del 22 de febrero en la cárcel de El Rodeo, en Manabí. Según información oficial, ambos estaban colgados dentro de una celda en el pabellón de mediana seguridad. Se trataba de Andrés T., alias "Guerra", de 32 años, y Michael R., de 30, quienes cumplían condena por delincuencia organizada. Los cadáveres fueron trasladados a la Unidad Forense de Manta para las investigaciones. Este hallazgo se suma a otro caso ocurrido el 15 de febrero en la Penitenciaría del Litoral, donde tres reclusos fueron encontrados sin vida en diferentes pabellones. Las víctimas fueron identificadas como Calixto Jeovani Pilay Ortega, quien había ingresado a la cárcel un día antes por violación; Gabriel Rolando Holguín Carrillo, con antecedentes por robo; y Roberto Jair Bejarano Peña, cuyo registro judicial es desconocido. Lo más alarmante es que los tres fallecimientos fueron reportados al mismo tiempo, lo que genera sospechas sobre un posible ataque coordinado. Como si fuera poco, horas después, en el mismo reclusorio, las autoridades hallaron una granada, lo que encendió aún más las alarmas sobre la crisis en el sistema penitenciario ecuatoriano. El Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional tuvo que intervenir para retirar el explosivo y evitar una tragedia mayor. La inseguridad en las cárceles sigue fuera de control y estos hechos refuerzan la preocupación sobre el dominio de grupos criminales dentro de los centros de reclusión.