Este fin de semana, se prevé que una potente tormenta geomagnética, la más fuerte registrada en los últimos 20 años, impacte la Tierra, lo que podría ocasionar serios problemas en las comunicaciones y redes eléctricas. Según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA de EE.UU. (#SWPC), esta tormenta de nivel G4, siendo G5 el máximo, surge de una actividad solar extraordinaria que liberó cantidades significativas de plasma y campo magnético hacia el espacio.

El fenómeno tiene su origen en varias eyecciones de masa coronal detectadas desde el miércoles, que son expulsiones de plasma y campo magnético resultantes de erupciones solares. Estas eyecciones se dirigen hacia nuestro planeta y al interactuar con la magnetosfera terrestre, generan lo que conocemos como tormenta geomagnética.

Las repercusiones de esta tormenta son amplias y pueden afectar tanto a la infraestructura espacial cercana a la órbita terrestre como a las tecnologías en la superficie. Se anticipan posibles interrupciones en las comunicaciones, daños en las redes eléctricas, y trastornos en los sistemas de navegación, operaciones de radio y funcionamiento de satélites.

Además, este evento astronómico ofrece un lado más espectacular, ya que podría propiciar la aparición de auroras boreales visibles desde lugares como Canadá, Estados Unidos y varios países del norte de Europa. El Centro de Producción del Clima Espacial anticipa que estos fenómenos luminosos serán especialmente intensos debido a la magnitud de la tormenta solar.

La comunidad internacional se encuentra en alerta y monitoreando estrechamente la situación para mitigar cualquier impacto adverso. Este evento no solo resalta la vulnerabilidad de nuestra tecnología ante las fuerzas del espacio, sino que también nos recuerda la majestuosidad de los fenómenos naturales que pueden observarse desde nuestro planeta.