En un desafortunado suceso este miércoles, un infante en Guayaquil sufrió un grave accidente al manipular material pirotécnico. La detonación de una camareta resultó en la pérdida de una de sus manos, un caso que ha conmocionado a la comunidad y reaviva el debate sobre la seguridad de los fuegos artificiales.

Según testigos, el incidente se produjo en la Cooperativa Juan Montalvo, donde la víctima fue vista con un torniquete improvisado en su extremidad afectada, aparentemente la derecha. Videos compartidos en redes sociales muestran la angustiosa escena, generando una ola de preocupación y críticas hacia el manejo de pirotecnia por menores.

La peligrosidad de las camaretas, que pueden explotar en un lapso de 1 a 5 segundos, no es un tema nuevo. Las consecuencias de estos accidentes van más allá de las heridas físicas, incluyendo traumas psicológicos y discapacidades funcionales. Datos de diciembre de 2022 revelan que, solo en Guayaquil, se atendieron a 20 menores por lesiones relacionadas con la pirotecnia.

El riesgo de quemaduras es significativamente alto, siendo la manipulación directa de camaretas la principal causa, seguida por impactos de fuegos artificiales y el almacenamiento inadecuado de material explosivo. Este incidente pone en evidencia la necesidad de una mayor conciencia y regulación en el uso de juegos pirotécnicos, especialmente durante las festividades de fin de año.