El papa Francisco falleció este lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años, víctima de problemas respiratorios que lo venían afectando desde febrero. Sin embargo, el domingo 20, Domingo de Resurrección, reapareció ante el mundo en lo que nadie sabía que sería su último día de vida. Subido en su papamóvil, recorrió la plaza de San Pedro saludando a más de 50 mil fieles que celebraban la Pascua. A pesar de su débil estado, pronunció un breve “Feliz Pascua” desde el balcón de la basílica, antes de ceder el resto del mensaje pascual al ceremoniero monseñor Diego Ravelli. Francisco ya había reducido su participación en los actos de Semana Santa, pero quiso despedirse como lo hizo siempre: cerca del pueblo.

Su última aparición fuera del Vaticano fue el Jueves Santo, cuando visitó la cárcel ‘Regina Coeli’ en Roma, donde se reunió con 70 reclusos. Aunque no pudo lavarles los pies como solía, conversó con ellos y compartió un emotivo momento. Su convalecencia había sido estricta desde su hospitalización el 14 de febrero por una infección respiratoria. Salió del hospital el 23 de marzo, pero se mantenía en la Casa Santa Marta, con pocas visitas. Aun así, en sus últimos días recibió a figuras como los reyes británicos y al vicepresidente de EE. UU., JD Vance. Francisco vivió su fe con intensidad hasta el final. El domingo, su rostro reflejaba cansancio, pero también paz. Desde el papamóvil, bendijo a niños y saludó al pueblo con gestos suaves, pero cargados de emoción. La plaza entera vibró, sin saber que era la última vez que verían al primer Papa latinoamericano. Su legado de cercanía y sencillez quedará en la memoria del mundo. El Vaticano ya prepara el funeral y el Cónclave que elegirá a su sucesor. La historia de Jorge Mario Bergoglio cierra su último capítulo como vivió todos: con humildad y amor por los más humildes.