El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió indultar a su hijo Hunter Biden por dos casos penales que enfrentaba, antes de finalizar su mandato en la Casa Blanca. La decisión, tomada como uno de sus últimos actos de gobierno, involucra acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de un arma de fuego. Según Biden, las acusaciones contra su hijo de 54 años fueron un “error judicial” y no merecían proceder.

“Hunter Biden fue señalado únicamente por ser mi hijo”, afirmó el presidente durante una rueda de prensa en su último día en el cargo. Las acusaciones de evasión fiscal, que involucraban un monto significativo de ingresos no reportados, y la posesión de un arma de fuego durante un período en el que Hunter enfrentaba problemas de adicción, habían sido una constante fuente de controversia en los medios.

La decisión ha causado reacciones encontradas en la política estadounidense, con algunos celebrando el gesto como un acto de clemencia, mientras que otros critican la medida, alegando que podría haber creado un precedente para el uso indebido del poder presidencial. Hunter Biden, por su parte, ha mantenido una postura defensiva, asegurando que siempre actuó de acuerdo con la ley y que las acusaciones estaban infundadas.

A pesar de la polémica, Biden defendió su decisión señalando que nadie sensato podría llegar a otra conclusión que no fuera la de un error judicial. Además, aseguró que no permitiría que su hijo fuera tratado injustamente solo por ser parte de su familia.

Con este indulto, Biden cierra un capítulo en su presidencia marcado por tensiones familiares y políticas, mientras se prepara para un futuro incierto tras dejar el cargo.