Dritan Gjika, uno de los narcos más buscados del mundo, fue capturado en Abu Dabi, tras meses de intensa búsqueda internacional. El capo albanés manejaba una red que operaba desde Ecuador hacia varios puertos europeos. En el país sudamericano, su nombre aparece en el caso “Pampa”, donde ya se detuvieron a 40 personas y se realizaron 62 allanamientos. La operación incluyó 800 policías y reveló un esquema millonario de lavado de activos. Gjika usaba empresas de exportación de frutas desde Guayaquil para camuflar la cocaína. Tenía un acuerdo con narcos colombianos para mover 4.000 kilos mensuales. La droga era enviada a ciudades clave como Amberes, Rotterdam, Hamburgo y más. Solo en Ecuador, blanqueó más de USD 36 millones. Compraba propiedades, discotecas, clubes deportivos y hasta restaurantes. En un operativo en Málaga, la Policía incautó un millón de euros escondidos en un auto, ligados a Gjika. El capo coordinaba personalmente los contactos, transporte y distribución de la droga. España y Ecuador ya pidieron su extradición. La Audiencia Nacional española será el tribunal donde enfrentará cargos. La Policía de ese país confirmó que el narco tenía vínculos con mafias en Albania, Colombia e Italia. Gjika vivía rodeado de lujos: yates, mansiones y negocios que usaba como fachada. La estructura que dirigía fue desmantelada con el apoyo de Interpol. Autoridades aseguran que su caída es un golpe duro para el tráfico internacional. En Ecuador, su poder era tal que tenía influencia directa en el puerto de Guayaquil. A pesar de su captura, continúan las investigaciones para dar con más integrantes de su red. Gjika será juzgado junto a sus cómplices capturados en Europa.