El 3 de abril, una comitiva del Gobierno de Ecuador viajó a Washington para hablar de frente con el congresista estadounidense Mario Díaz-Balart. El grupo estuvo encabezado por los ministros de Defensa, Gian Carlo Loffredo, del Interior, John Reimberg, y el embajador Cristian Espinosa. ¿El tema principal? La seguridad, el narcotráfico y cómo trabajar en conjunto con EE.UU. para enfrentar al crimen organizado. Díaz-Balart, quien preside el subcomité que maneja los fondos de defensa para América Latina, no se guardó elogios. Dijo que “Ecuador se ha convertido en un socio cooperativo” bajo el mando del presidente Daniel Noboa. Además, apuntó a la influencia de China en la región y la pesca ilegal como temas a combatir. El congresista también insistió en seguir reforzando la cooperación en defensa, democracia y lucha anticorrupción. Desde el Bloque de Seguridad ecuatoriano calificaron la cita como “fructífera”. La reunión busca asegurar apoyo financiero y técnico de EE.UU. a Ecuador, especialmente en momentos donde el país vive una crisis de violencia. Noboa intenta afianzar su estrategia internacional mostrando a Ecuador como un aliado confiable. Esta movida podría abrir nuevas puertas para financiamiento y ayuda militar. También se espera que haya mayor colaboración en inteligencia y capacitación. El gobierno ecuatoriano ve esto como un paso clave para recuperar el control en zonas dominadas por mafias. La lucha contra el narco ahora tiene respaldo gringo. La cooperación ya no es solo promesa, empieza a tomar forma. Las próximas semanas serán clave para ver si se concretan acuerdos. Mientras tanto, Ecuador sigue ganando aliados en la pelea por la seguridad.