Estados Unidos subió la tensión y pidió a los países latinoamericanos que elijan de qué lado están en el conflicto con Irán, justo antes de la Asamblea de la OEA en el Caribe. Una alta funcionaria del Departamento de Estado fue directa y retó a la región a pronunciarse: o están con un régimen patrocinador del terrorismo o con los que buscan otra postura, según sus palabras. El ataque estadounidense a tres instalaciones nucleares iraníes, ordenado por el presidente Trump, dividió opiniones. Chile, Colombia y Brasil rechazaron la ofensiva, asegurando que viola el derecho internacional y puede aumentar la violencia. Argentina, en cambio, se alineó con Washington. Cuba y Venezuela mostraron su apoyo a Irán. En la asamblea no se sabe si EE. UU. impulsará alguna resolución, pero dejó claro que cada país debe decidir su postura. Antigua y Barbuda será sede del encuentro, donde además se hablará de la crisis en Haití y el liderazgo estadounidense en la región. Es la primera asamblea bajo el mando de Albert Ramdin, nuevo secretario de la OEA. El Departamento de Estado también aprovechó para advertir sobre la influencia de China y reafirmar su respaldo a la disidente cubana Rosa María Payá como candidata a la CIDH. Las decisiones tomadas esta semana marcarán el rumbo de la diplomacia y seguridad en América Latina. El conflicto en Medio Oriente ahora mete presión a la región, que deberá tomar una postura clara ante el mundo. Mientras tanto, EE. UU. insiste en no dejar espacio a quienes considera amenazas, ni a Irán ni a China. El debate ya está encendido y se esperan anuncios importantes durante la asamblea. América Latina está bajo la lupa y cada voto puede pesar en la política global. En este contexto, los ojos están puestos en los países que aún no se pronuncian. Las alianzas y rivalidades podrían redefinirse en los próximos días. ¿Habrá unidad o más división entre los gobiernos latinos? Por ahora, la pregunta sigue en el aire y el desenlace se conocerá pronto.