Un macabro crimen ha conmocionado a la ciudad de Quito, donde un joven de 29 años es investigado por el presunto asesinato de su madre, cuyo cadáver fue encontrado dentro de una maleta a 300 metros de su domicilio, en el sector de Alangasí. El caso, que ha captado la atención de la ciudadanía, detalla que la mujer murió por asfixia tras ser estrangulada, y que su hijo es el principal sospechoso del crimen.

La Fiscalía General del Estado informó que el cadáver de la mujer fue hallado el pasado 3 de septiembre dentro de una maleta negra, arrojada en una zanja en un camino cercano a su residencia. Las cámaras de seguridad de la zona captaron a su hijo, J. P. P. P., arrastrando la maleta por las calles antes de abandonarla. Además, una testigo clave que observó las acciones del hombre ha aportado detalles fundamentales para el avance de la investigación.

El relato oficial señala que, tras deshacerse de la maleta, el joven se cambió de ropa en un parque cercano antes de regresar a su domicilio. Dos días después del presunto asesinato, informó a sus familiares que su madre había salido de viaje en un bus interprovincial hacia Cotacachi y Otavalo, según su versión. Sin embargo, cuando la mujer no "regresaba del paseo", el 6 de septiembre acudió a la Fiscalía para reportarla como desaparecida.

El hallazgo del cuerpo ocurrió el mismo día en que el joven acudió a Medicina Legal para el reconocimiento del cadáver de una mujer encontrado en una zanja, lo que levantó más sospechas. Las autoridades comenzaron a recopilar evidencias, incluyendo las imágenes captadas por 12 cámaras de seguridad que documentaron el trayecto del hombre con la maleta negra, desde su residencia hasta el lugar donde abandonó el cuerpo de su madre.

El caso dio un giro definitivo cuando la Fiscalía obtuvo información que indicaba que el hombre planeaba salir del país. Como resultado, el 13 de septiembre se emitió una orden de allanamiento y detención, ejecutada por las autoridades en su domicilio, donde madre e hijo vivían juntos.

Durante el allanamiento, se encontraron unos zapatos que coinciden con los que el sospechoso llevaba puestos en los videos de seguridad. Además, la autopsia confirmó que la causa de muerte de la víctima fue asfixia por estrangulación, con señales de violencia visibles en el cuello y el tórax de la mujer.

El artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), en sus numerales 1 y 2, sanciona con penas de entre 26 y 30 años de prisión a la persona que mate a un ascendiente. Actualmente, el sospechoso permanece bajo prisión preventiva mientras continúan las investigaciones, que buscan esclarecer los motivos detrás de este brutal crimen y determinar la culpabilidad del joven.

Este espeluznante caso ha causado consternación en la comunidad, mientras las autoridades siguen recopilando pruebas para llevar a cabo el juicio correspondiente. El uso de la tecnología, como las cámaras de seguridad, y los testimonios de los testigos han sido claves en la investigación de este homicidio que ha estremecido a los habitantes de Alangasí y Quito.