La reciente exploración de la nave espacial Mars Express, operada por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha llevado a un hallazgo sin precedentes en la historia de la exploración espacial. Bajo la superficie de Marte, yace un vasto depósito de hielo de agua, con una profundidad que alcanza casi tres kilómetros, lo suficiente para cubrir el Planeta Rojo con un océano de una profundidad estimada entre 1,5 y 2,7 metros.

Este descubrimiento no solo redimensiona nuestra comprensión de Marte, sino que también plantea nuevas preguntas sobre su historia climática y geológica. La Formación Medusae Fossae (MFF), cerca del ecuador marciano, es la ubicación de este hielo, identificado inicialmente en 2007 pero ahora confirmado con datos avanzados de radar.

El hielo, mezclado con polvo marciano y cubierto por una gruesa corteza de roca y ceniza, se diferencia de los glaciares de la Tierra. Estos hallazgos son cruciales para futuras exploraciones humanas o robóticas, ya que el hielo ofrece recursos potenciales para el soporte vital y el combustible.

A pesar de que estos depósitos de MFF están cubiertos por cientos de metros de polvo, haciéndolos inaccesibles por ahora, cada trozo de hielo descubierto construye una mejor imagen de dónde ha fluido el agua de Marte antes, y dónde podría encontrarse hoy en día. Este descubrimiento marca un hito en la exploración espacial y abre la puerta a futuras investigaciones sobre la posibilidad de vida en Marte.