En un acto sorprendente de osadía, la histórica Gran Muralla China ha sufrido daños a manos de obreros en busca de un camino más corto. La provincia de Shanxi se convirtió en el escenario de este acto audaz, cuando maquinaria pesada traspasó la estructura milenaria en un sector conocido como “32”.

La majestuosa fortificación, símbolo de poderío e ingeniería, construida para resguardar a China de invasiones, hoy presenta un hueco lamentable por la acción de estos hombres. La Gran Muralla, con un recorrido de 21.196 kilómetros, es testigo de miles de años de historia, desde el siglo V a.C. hasta el siglo XVI. Es especialmente la dinastía Ming quien se acredita por su tramo más extenso y famoso.

Pero, ¿qué llevó a estos obreros a semejante acto? La búsqueda de un atajo para su carretera, reduciendo tiempos de desplazamiento, pero a costa de daños irreparables en una maravilla del mundo. La policía de China no tardó en detener a los responsables, quienes confesaron su acto con evidente remordimiento.

Mientras el mundo aguarda las posibles penas para estos hombres, la lección queda clara: el respeto al patrimonio mundial es una responsabilidad de todos.