Un estudio reveló que el plomo usado en la gasolina podría ser responsable de más de 150 millones de casos de salud mental en Estados Unidos.

Desde 1920 hasta 1980, este químico se utilizó como aditivo para evitar detonaciones en motores. Sin embargo, su exposición habría afectado a más de la mitad de la población actual de ese país.

El informe, publicado en The Journal of Child Psychology and Psychiatry, señala que el plomo puede alterar el desarrollo cerebral infantil, desencadenando trastornos como ansiedad, depresión y déficit de atención.

Además, se cree que afecta la personalidad, reduciendo la organización y la capacidad de cumplir objetivos.

Aaron Reuben, experto en neuropsicología, afirmó que muchos estadounidenses sufren problemas mentales debido a esta exposición invisible.

Aunque el plomo fue eliminado de la gasolina hace décadas, su impacto aún persiste. También fue retirado de pinturas y tuberías, pero sigue siendo un problema en varios países.

La investigación sostiene que los niños expuestos al plomo en los últimos 75 años son los más afectados.

Estados Unidos comenzó a limitar el uso de este químico en 1980, tras confirmarse sus efectos perjudiciales en la salud.

La contaminación por plomo no solo influye en la salud mental, sino también en el comportamiento y el aprendizaje.

Este descubrimiento podría explicar un aumento en los diagnósticos de enfermedades mentales en las últimas décadas.

Reuben destacó que la exposición al plomo es una historia poco conocida, pero con profundas implicaciones para la salud pública.

Los investigadores llaman a fortalecer medidas para evitar el contacto con este químico en otros sectores.

El caso estadounidense es un ejemplo de los riesgos de la contaminación ambiental y sus efectos a largo plazo.

¿Qué otros factores podrían contribuir al aumento de los problemas mentales en la población?