En un giro inesperado, el presidente de Kenya, William Ruto, anunció la retirada del controvertido proyecto de ley de finanzas 2024, tras las violentas protestas que sacudieron al país y resultaron en la muerte de al menos 23 personas.

La decisión se produce después de días de intensas manifestaciones en Nairobi y otras ciudades, donde los ciudadanos expresaron su rechazo a la nueva ley que, según críticos, agravaría la ya tensa situación económica del país. La ley incluía aumentos de impuestos en productos básicos y servicios esenciales, exacerbando el creciente costo de vida.

“Tras reflexionar sobre la conversación en curso sobre el contenido del proyecto de ley de finanzas 2024 y escuchar atentamente al pueblo de Kenya, admito que no firmaré el proyecto”, declaró Ruto en un discurso televisado. Esta declaración marcó un cambio significativo en la postura del gobierno frente a las demandas populares.

Mientras Kenya busca recuperarse de los disturbios, el presidente Ruto ha prometido dialogar más con los jóvenes y los líderes de las protestas para forjar un camino hacia reformas más aceptables. Este incidente resalta la potencia de la voz popular y plantea nuevos desafíos para el gobierno de Ruto, que debe ahora navegar cuidadosamente en sus futuras políticas fiscales y económicas.