La arena política boliviana se sacude de nuevo: Evo Morales, el carismático y primer presidente indígena de Bolivia, anuncia su quinta candidatura a la presidencia. Después de dirigir el país durante más de 13 años, Morales aspira a retomar el liderazgo y proyectar su "proceso de cambio" hasta el esperado bicentenario de la Independencia de Bolivia en 2025.

El 24 de septiembre, Morales sorprendió al confirmar: "Me han convencido que voy a ser candidato... la gente quiere, pero me están obligando". Sin embargo, las leyes bolivianas plantean un enigma. La Constitución menciona una reelección "por una sola vez de manera continua", dejando en incertidumbre si un exmandatario puede aspirar tras un periodo de ausencia. Este rompecabezas legal será resuelto por el Tribunal Constitucional.

Paralelamente, la política interna del Movimiento al Socialismo (MAS) ha demostrado fisuras. Desde 2022, distintos sectores proclamaron a Luis Arce o a Morales como sus candidatos para 2025. Arce, por su parte, no confirmó ningún interés en candidatizarse.

La trayectoria política de Morales ha sido tan vibrante como polémica. Aunque inició con amplio apoyo, su gestión fue opacada por decisiones controversiales y acusaciones de fraude electoral. La sombra del 2019, donde un cuestionado proceso electoral generó caos nacional, aún pesa en la memoria boliviana. Ahora, con esta nueva candidatura, Bolivia se prepara para otro intenso ciclo electoral.