Un equipo internacional de astrónomos, utilizando el Telescopio Espacial James Webb, ha hecho un descubrimiento que podría reescribir los libros de historia cósmica. Han encontrado ceers-2112, una galaxia espiral barrada que se asemeja asombrosamente a nuestra Vía Láctea, situada en las profundidades del universo temprano.

Ceers-2112 no es solo una galaxia cualquiera; es la más distante de su tipo jamás observada. Formada poco después del Big Bang, esta galaxia ya poseía una estructura distintiva apenas 2.100 millones de años después del evento cósmico. Este hallazgo es fundamental, ya que sugiere que galaxias similares a la nuestra existían cuando el universo tenía solo el 15% de su vida actual.

La sorpresa no se detiene ahí. Tradicionalmente, se pensaba que las galaxias espirales barradas, como la nuestra, no surgieron hasta que el universo alcanzó al menos la mitad de su edad actual. Sin embargo, ceers-2112 está desafiando esta noción. Su existencia implica que la formación de estas estructuras galácticas podría haber tomado solo un milenio o menos, un parpadeo en términos cósmicos.

Este descubrimiento también arroja luz sobre la enigmática materia oscura, creyéndose que jugó un papel crucial en la formación temprana de estas galaxias. El equipo de investigación, liderado por Luca Costantin y Alexander de la Vega, ha sugerido que es posible que necesitemos revisar nuestras teorías sobre la formación y evolución de las galaxias para incorporar estos nuevos hallazgos.

El Telescopio Webb, una vez más, demuestra su valor incalculable en la búsqueda de comprender nuestro universo. A medida que continúa explorando el cosmos, nos brinda una ventana a los primeros días del universo, revelando secretos que hemos estado ansiosos por descubrir.